miércoles, octubre 1

¿Cómo puede irse alguien que nunca estuvo ahí?

(a veces siento que soy otro ser, asexuado, débil , decadente...o simplemente soy yo y nunca lo he querido ver)


¿Como puede irse alguien que nunca estuvo ahí?


Observo a mi alrededor
y me derriba la nostalgia
por mejores personas
que pude haber conocido


¿cuantos vestigios insignificantes
encierra la ciudad?
Y nosotros ahora jugando
al super-hombre
demoliendo nuestro
“vergonzoso” pasado
pero aun sin aprender.


Permanecer...o ser...
Y la antropofobia aumenta,
entre caras de muchedumbre me encuentro,
caras que me dicen, poco o nada
caras que más parecen edificios
colindantes con mi persona.


Tan parecidas a la ventanas
de un rascacielos
todas iguales, sin expresión,
reflejando luz pero por si solas
no habría nada bello que ofrecer.


Tratando de escapar de sus amurallados
y cuadrados pensamientos con sus estigmas.


Comiendo mi cereal de optimismo y entusiasmo,
¿Qué debo hacer ahora con mi destino?
¿Vagar  entre luces de afligidos
y esperar a que todo esto esté cambiando?


Han cambiado tanto...colores, atardeceres
pero yo sigo siendo el mismo.


Destruye tu dignidad y véndela a tus enemigos
en un mercado de malbaratados líderes
que entorpecen nuestro destino,
miradas que engrandecen egos
pieles deseadas que no valen un céntimo
bonito escaparate de lujuria.


Y yo, aquí
mientras las horas pasan...
me despierto, divago,
encuentro y me encuentran,
me pierdo y rescatan y me vuelven a perder,
simplemente mis emociones se estancan,
cualquier sentimiento es reprimido
por mi lado frívolo a cualquier aleteo de polilla
y fumo una idea autodestructiva
para saber si aun sigo aquí.


Desolados, amargados o concurridos
prefiero la belleza de un lugar vacío
a la admiración personal de cada detalle
en el estío
A la tufosa compañía de mil seres vivos.


Anti-antropos , pro- civitas
¿cómo preferir algo creado por el
hombre que al hombre mismo?
¿Como odiar al hermano
que te ha tendido la mano?
No se si odio en lo que me he convertido


Bonitos lugares me amurallan
el cielo raso
el gris metálico
un amarillo candente
pero ya no es suficiente.


Lo que alguna vez quise
ahora es un bonito escaparate
de personas que desconozco,
un catálogo de antropo-viles.
Carpe diem a todos ellos
mejor sigo con mi vida, pues
yo ya no estoy aquí,
me he desvanecido.


Búsqueme junto al faro que soy luz,
búsquenme en las construcciones
que ahora soy polvo,
búsquenme en las gotas de lluvia
en el pavimento,
pues pronto me evaporaré
mirando en la ventana de la decepción

en lo que nos hemos convertido.


*modelo: pame ortega

No hay comentarios:

Publicar un comentario