martes, julio 26

Banquete

Tú, pequeño voyerista
El menú se aproxima
Sólo sonríe y ya verás
mis límites derrumbados.

Soy un cocodrilo
Y tú eres mi presa elegida.
Te observo sin siquiera pensar
Que alguien más exista,
Que divertida escena.

¡Hey!, pequeño voyerista,
la cena está servida
y tu guarnición va cruzando la puerta
bañada en cerveza,
una tierna falda recién desflorecida
aderezada de adoctrinamiento “comunista”,
lista para entretenerte
con algún rollo existencialista,
pero ingenua piensa que el sexo de una noche
puede terminar en un candidato
a “el amor de su vida”.

Sangre, sillas, semen, pies, pies, pija, pija, pies…
lo que prefieras,
tengo una idea a punto de estallar
mientras observo las horas pasar
y aun no llega la inspiración requerida.

Entonces una mano invisible pervertida,
recorre mi cerebro lujuriosamente,
estimula partes inhóspitas
dibujando una sádica sonrisa.

Luces iridiscentes que iluminan monos deformes
y un manojo de complejos
queriendo satisfacerse.
Suelo, mierda, silla, rejas, miedos, miedos, miedos, ¡MIEDOS!
lo que prefieras,
lo que quieras,
elije algo de esta carnicería cibernética.

Llega, estalla, grita, termina, olvida…
“Hola te presento a mis demonios”
Ellos juegan con nosotros esta noche,
Puedo darte lo que quieras…

Sálvese quien pueda.